Bernardo Gutiérrez es coordinador de comunicación del laboratorio Incilab al que pertenece Experimenta Distrito.

No es lo mismo pensar la ciudad, que hacer ciudad. No es lo mismo planear la ciudad de forma centralizada que hacerla desde sus prácticas, desde su día a día. No es lo mismo pensar la ciudad desde su centro institucional, que hacerla desde sus barrios. «No hay ninguna lógica que pueda ser impuesta a la ciudad; la gente la hace, y es a ella, no a los edificios, a la que hay que adaptar nuestros planes», afirmaba Jane Jacobs, autora del influyente libro Muerte y vida de las grandes ciudades (1961) y del imaginario de la ciudad viva.
Entre las preposiciones “para” y “desde” hay un mundo, una brecha, un espacio aparentemente insalvable. Pensar la ciudad para los distritos. Pensar la ciudad desde los barrios. Hacer ciudad desde el vecindario. Desde los afectos. El proyecto Experimenta Distrito, lanzado por el Medialab Prado, se empapa en la profundidad del “desde’’. Y se apoya, a su vez, en el cómo: en una metodología para desarrollar proyectos de forma colaborativa, en red, transversalmente. Personas pensando / haciendo ciudad desde los barrios. Haciendo / habitando los distritos desde los barrios. Gente colaborando alrededor de ideas surgidas desde abajo, desde los problemas y desafíos y sueños concretos del día a día de la ciudad.
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El “cómo” es un método-casi-ritual. Primero llega la convocatoria abierta de proyectos. Tras la selección de proyectos, se lanza la convocatoria de colaboradores. Y ahí empieza a afinarse la verdadera sinfonía de mediadores, mentores, promotores de proyectos, agentes locales, colaboradores, vecinas y vecinos. Experimenta Distrito, tras su experiencia piloto en Villaverde en 2016, ha arrancado su andadura en los distritos de Moratalaz, Fuencarral y Retiro. La segunda sesión de talleres de producción de proyectos tendrá lugar en los tres distritos entre el 16 y el 18 de junio.
Colaborando que es gerundio
Entre el desde y el para, la ciudad es una constelación de matices. Quienes desean “desde”, formulan ciudades invisibles que los técnicos municipales raramente consiguen ver. Esbozos de ciudad, ángulos imprevistos, pliegues sorprendentes, perspectivas inusuales, detalles que son mundos. Desde Fuencarral Experimenta están diseñando espacios de intercambio de libros en cabinas telefónicas abandonadas. Bibliocabinas donde encontrar ejemplares de Marcel Proust, Miguel Delibes o de Haruki Murakami. Desde Moratalaz Experimenta formulan un espacio para observar estrellas. Desde Retiro Experimenta intentan intervenir en la inhóspita plaza entre las calles Abtao y Valdearribas. “Esto que estamos haciendo puede alegrar las tardes a muchos niños que al salir del cole van a esa plaza a jugar”, matiza Ignacio Madurga, promotor del proyecto Cuida tu plaza, quiere tu barrio de Retiro Experimenta. “Nuestro proyecto visualiza el acto de que leer en la calle empodera a la sociedad y educa  a los niños por el efecto espejo”, matiza Jesús Vidal, promotor del proyecto Libros Libres y Activos en Fuencarral Experimenta. “El principal objetivo fue facilitar a los ciudadanos el medio ambiente nocturno del que nos hemos ido alejando, y las razones han sido varias: las contaminaciones tanto lumínica como atmosférica, la construcción de edificios altos y el ritmo de vida lleno de estrés y prisas”, asegura Cristina Muñoz, promotora del proyecto Mirador Estelar en Moratalaz Experimenta.
Habitar el desde es redibujar la ciudad. Construirla desde el conocimiento de los propios afectados. Tejerla desde las inercias acumuladas de las comunidades. Por eso, los proyectos que surgen desde Experimenta Distrito son el latido de la ciudad, los latidos que respira Madrid, los ecos múltiples y plurales de Los Madriles. No es apenas una cuestión de escala micro – macro. No es tanto sobre el tamaño o la envergadura de los proyectos. No importa demasiado si parecen demasiado pequeños o si sueñan con ser muy grandes. El desde está habitado por sentidos comunes, por pertenencias afectivas. El desde son ciudades posibles, ciudades con sentidos. Una instalación de semáforos que informan de la calidad del aire (Retiro). Una intervención artística para revalorizar un mercado en desuso donde se enamoraban los abuelos del barrio (Fuencarral). Gente cortando troncos abandonados, dándoles forma y usos (Retiro). Rescatar la copla y mezclarla con ritmos urbanos (Fuencarral). Crear una red de cuidados, apostando por la salud comunitaria (Moratalaz). Ideas con sentido. Ideas dadas forma por comunidades. Ideas situadas en las brechas y problemas de la realidad de los barrios.
“El espacio es vacío. El lugar es una construcción de significado social”, escribió Henry Lefebvre en su célebre El derecho a la ciudad (1967). No es casualidad que a pesar de que Experimenta Distrito sea itinerante y convoque a sus participantes en diferentes espacios de cada distrito, se proponga como un lugar. Un lugar para colaborar, para hacer juntos, hacer con otros. Para conectar, activar, proponer, aprender. Un lugar donde se revitalizan los significados sociales de los barrios.
Ciudad distribuida, ciudad en red
“No hay centro para tanta periferia”. En esta frase de Iciar García, mediadora de  Fuencarral Experimenta, flota una de las problemáticas de las grandes ciudades del mundo. Sin que el centro-periferia sea una dicotomía, sin que ambas partes se excluyan, su relación y diálogo son ineludibles. Fuerzas centralizadoras (políticas, económicas) versus dinámicas descentralizadoras (barrios, periferia, transporte). Turismo de masas (turistificación, gentrificación) versus barrios activos (fiestas locales, auto organización). “En muchas ocasiones se descarta la vida, que está en la periferia”, matiza Iciar. Y cuando los propios participantes en ExperimentaDistrito tienen voz, fluje un deseo colectivo de vida en los barrios, de tejidos sociales cooperativos, de descentralización real ya: “Es una oportunidad de conexión y participación con otras personas (…) Esto es una forma de dinamizar un barrio, de que la gente se mueva, de que colabore, que la gente vea que se puede vivir en la ciudad de otra manera (…)”. Un lugar para vivir desde los barrios, para hacer ciudad desde los barrios. Medialab Prado define a Experimenta Distrito como un conjunto de “laboratorios ciudadanos de experimentación y aprendizaje colaborativo en los que puede participar cualquier persona”. Laboratorios ciudadanos (de barrio) basados en la cultura del prototipado, una forma abierta y colaborativa de desarrollar proyectos. Laboratorios ciudadanos  (de barrio) en los que aprender y enseñar, en los que el resultado no es un producto perfecto, si no un proceso mejorable en tiempo real por la colaboración de los vecinos y vecinas de los barrios de Madrid.
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Un cerebro como metáfora. Una mapa de Hamburgo (Alemania) como símbolo de la ciudad en red, de la ciudad descentralizada. Neuronas y barrios, conectados por flujos, inevitablemente sincronizadas. Ambas ilustraciones aparecen relacionadas en una página del libro Emergencia, el clásico de Steven Johnson que abordó diferentes procesos de inteligencia colectiva. La ciudad como un cerebro, como un todo de nodos descentralizados. La ciudad como una red abierta, en la que cualquier nodo-barrio puede conectarse con cualquiera. El concepto de ciudad distribuida del brasileño Caio Vassão redondea las aristas vivas de esa ciudad sin centro, “en red, abierta, fluida, flexible, adaptable, reconfigurable”. Una ciudad en la que los barrios de las periferias dialogan y se relacionan sin la mediación de su centro histórico. Descentralizar es empoderar. Descentralizar Madrid, una de las apuestas del actual gobierno municipal, es democratizar. Experimenta Distrito visibiliza el concepto de ciudad descentralizada desde las prácticas. Conecta tejidos barriales desde la construcción colectiva de lugares. Inspira la replicación de iniciativas en otros barrios. El proyecto Street Workout_Skbars, que  durante  el piloto en el espacio público Villaverde Experimenta acabó instalando barras para gimnasia en el espacio público, tiene su ya réplica en Retiro Experimenta: el Barras de Street Work Out Eagles. De Villaverde a Retiro, sin bajarse en Atocha.
Los proyectos de Experimenta Distrito, siendo microcosmos con un sentido pleno, son también líneas de fuga de los barrios. Senderos por los que transitar y encontrarse, compartiendo imaginarios y herramientas. Narrar Madrid Retiro y Este es mi barrio (Fuencarral Experimenta) construyen ciudad bebiendo de la memoria de los barrios. Ajardinadas (Moratalaz) y Huertos Inclusivos Fuencarral dialogan en verde, compartiendo el sueño de la sostenibilidad de las urbes. La ciudad viva será descentralizada o no será. Los 21 distritos de Madrid, si aspiran a existir más allá de una realidad burocrática, serán barriales, interbarriales, o no serán.
 
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De Moratalaz al cielo
Difícil definir un proyecto. Difícil dibujar su imaginario sin esconder horizontes. Difícil nombrar algo sin alejar para siempre otros posibles nombres. Por eso, Experimenta Distrito se hace al andar. El lema “Barrios activos, ciudad viva” es un punto de partida, no de llegada. Podría serlo también (lo es) el “barrios diversos, ciudad inclusiva”. O el “barrios colaborativos, ciudad abierta”. Pero Experimenta Distrito se transforma al hacer, al habitarse de gentes. Del cerebro-ciudad en red pueden surgir mundos que ni siquiera se vislumbran desde el centro.
El eje centro-periferia no es dicotómico. Las escalas micro y macro tampoco se excluyen. Pero no hay que olvidar que mientras en el centro de la máquina burocrática se piensa en infraestructuras para las próximas décadas, alguien como Cristina Muñoz prefiere planear un mirador estelar en medio de Moratalaz. “Somos un grupo de personas que reivindicamos recuperar las estrellas que no se pueden ver en Madrid”, insiste Cristina. Desde un barrio, en un “mientras” compartido, sobre diferentes pertenencias territoriales, un grupo de personas busca el lugar perfecto para colocar unas tumbonas y asomarse al cielo. Mejor intuir galaxias bajo la contaminación lumínica de Madrid que pensar la ciudad. Y es inevitable: en el centro de la máquina burocrática, alguien piensa en mayúsculas la ciudad para sus habitantes. Y no es excluyente con que en Moratalaz haya un grupo de personas buscando los rituales que les faltan, cocinando una ‘performance’ estelar durante las fiestas del barrio (el 18 de junio). No les hace falta Madrid, por lo menos la ciudad con su relato oficial. Mucho menos la ciudad marca. No hay centro para tanta periferia. Moratalaz ‘city’ es el mundo. De momento, Cristina y los colaboradores de Mirador Estelar acarician un lema: “de Moratalaz al cielo”.
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