Néstor Prieto
Tras recibir la invitación a formar parte de esta experiencia, asumí la mentoría como el reto de descontextualizarme de mi espacio de trabajo habitual (el museo) y aprovechar al máximo la frescura de trabajar en los proyectos creados y desarrollados por los vecinos y vecinas.
Poder trabajar mano a mano con las personas que hay detrás de todos y cada uno de los proyectos será una experiencia vibrante de la que seguro saldrán proyectos ejecutables que harán de nuestro barrio un lugar más humano y más cercano al deseo de sus habitantes de cómo ellos y ellas lo han imaginado.
Dichos proyectos han sido presentados por ciudadanxs que además voluntariamente se encargarán de sacarlos adelante integrando el tejido de colaboradores que se van sumando, y esto me parece una labor admirable. Evidentemente habla de la voluntad de sentirse partícipes de la construcción de su propia ciudad y de un valor, “el valor de la ciudadanía”, que no siempre ha sido valorado e incluso se ha menospreciado.
Memoria es otro de los valores que veo altamente representados en estos laboratorios de creación. Me gustaría resaltar lo emocionante que es ver cómo la ciudadanía toma cada vez más conciencia de la necesidad de la auto gestión de la memoria. Una memoria que cuente con las historias de los vecinos de los barrios, los que construyen su idiosincrasia, personalidad y dan vida a las calles. Unas calles y plazas que son mucho más que un desarrollo urbanístico creado en los despachos de los ayuntamientos.
Trabajar con las personas que están detrás de estos proyectos y las colaboradoras y colaboradores que se van sumando es un soplo de aire fresco que llena mis pulmones de ilusión. La ilusión con la que los participantes de experimenta llegan a los laboratorios ciudadanos. Esta ilusión es el combustible que nos ayuda a todas a aterrizar los proyectos, modificarlos integrando ideas nuevas, dimensionarlos y sacarlos adelante por difícil que pueda parecer en un principio.
Uno de los puntos fuertes de este laboratorio que me gustaría destacar, es que no se queda en la recogida de ideas para ser llevadas a cabo por terceros, sino que además se llevarán a cabo con las personas que las han propuesto y colaboradores que voluntariamente se van sumando. Esto genera unos procesos realmente enriquecedores pues nos encontramos ante los vecinos del barrio resolviendo sus problemas o deseos y de la manera que creen conveniente.
Creo además que esta experiencia ayudará además a que otros vecinos entiendan su rol activo dentro de la sociedad y puedan entrar a manejar las herramientas de diálogo con las instituciones en pro de vincularse a la construcción de su ciudad.
Una de las dinámicas que desde luego han de darse en este laboratorio es la de la “destrucción” de la idea cerrada con la que se llega al primer día de trabajo, la puesta sobre la mesa de las nuevas ideas que el grupo propone, la escalabilidad del proyecto… y con todo esto volver a construir colectivamente el proyecto. Para mí que los proyectos sean escalables me parece muy importante, que los proyectos no se mueran al finalizar este laboratorio, y que si el grupo ha funcionado bien y tienen ganas, no pierdan esa fuerza y escalen el proyecto con una continuidad mayor en la que se pueda además ir sumando más gente.
Hemos de tener claro que muchos de los proyectos que se presentan para estos laboratorios son proyectos que van más allá de lo que se puede realizar en el tiempo que ocupa este laboratorio, es por ello que pondré a disposición de todos los participantes herramientas de autogestión de su proyecto para que una vez finalizado el laboratorio puedan seguir adelante con él.
Néstor Prieto ha sido mentor de Experimenta Distrito
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