Queda poco más de un mes para que finalice Experimenta Distrito y entre tanto trajín de actividades paralelas, reuniones agendadas, buscadas y espontáneas, la estrategia online, los whatsapps, los likes, los encuentros y la búsquedas de ideas primero y ahora de colaboradores, hemos prestado inevitablemente más atención a lo urgente (sacar adelante el proyecto) que lo importante a nivel reflexivo (¿tiene y tendrá sentido este proyecto? ¿hace la vida mejor a los vecinos?)
Pero no se puede ver el barrio sin recorrerlo. Pensamos de manera inscrita y situada. Primero teníamos que experimentar todo su distrito, es decir a las personas que lo conforman, para conseguir cambiar el lugar, la manera de mirar y así poder reflexionar con nuevos ojos. Teníamos que dejarnos afectar para entrar de lleno en escena, aunque el tiempo fuese breve (4 meses) y entender a fondo la idiosincrasia de este barrio, o al menos intentarlo.
Todavía nos queda la traca final con los talleres intensivos donde se desarrollarán los 8 proyectos promovidos por vecinos y vecinas del barrio, pero algunos ya empezamos a pensar en el después de todo esto. El final de fiesta, el confeti en el suelo y el eco generado. ¿Qué hay después del proyecto ?¿Qué dejaremos? ¿Qué consecuencias y consecuciones habrá?
 
Tentativas
Quiero pensar que por cada espacio abierto a la comunidad del barrio, espacio ya no físico, espacio para el encuentro que genera complicidades inesperadas, quedará una tentativa. Tentativa experimental y con buen sabor de boca que pique y atraiga otros proyectos.   Ofrecer otras maneras de pensar o crear, son hoy una tentativa, una estela de esperanza en la periferia. Maneras de hacer que deshacen inercias cotidianas (casa trabajo casa) y potencian pulsiones, inquietudes que ya existían en el barrio antes que llegaremos nosotras. Eso sí, estas tentativas no tienen garantías y están abiertas a lo imprevisible, pero por suerte son contagiosas, muy contagiosas.

«Experimentar y compartir el sentido de una idea, exponerse a un fracaso o atreverse a hacerla funcionar sin controlar sus consecuencias es hoy un ejercicio de resistencia»

Marina Garcés

Por eso mismo creo que todos lo que habéis participado hasta ahora (y lo que nos queda) en esta locura que  es Experimenta Distrito sois la resistencia.

Vosotros que habéis tenido fé en nosotras, nuestro entusiasmo y nuestras ganas por formar parte de vuestro mundo, vuestro barrio. Ganarse la confianza no es fácil, pero la cosa cambia si te topas con personas permeables, abiertas, honestas, con una sonrisa a punto y con ganas por hacer cosas para transformar su entorno a mejor.
Sois la resistencia:
– Contra el mal endémico de la resignación
– La queja cobarde detrás de 140 carácteres
– El victimismo como forma de triunfo
– La apatía del sofá y la tele
– El cinismo, el cuñadismo y todos los ismos sabelotodos
Todo es mejorable, y siempre tendremos algo por lo que quejarnos pero podemos quedarnos sólo en eso, o comprometernos y transformarlo. Borbolla, vecino al que homenajeamos en uno de los proyectos con el Premio Borbolla,  es un modelo de esta filosofía a través del ejemplo. La resistencia hoy en día a la inercia puede ser implicarse en el barrio y comprometerse a pequeña escala para hacer de nuestro mundo, un lugar mucho más vivible.
Muchas gracias por hacernos sentir formar parte de vuestro barrio.
** Bitácora inspirada gracias a la lectura de «Un mundo común» de Marina Garcés**
Icíar García
@iciarmoix