Entre las tareas del equipo de mediación a las que les estamos dedicando energías y cariño está la transmisión de lo que significa Experimenta Distrito: sus objetivos, qué es un laboratorio ciudadano o un prototipo, qué poso dejamos en el barrio cuando apaguemos las regletas de las mesas de trabajo y guardemos el taladro…
A través de esta bitácora, hablando con personas del barrio, reuniéndonos con los recursos sociales y los colectivos activos en el distrito, pregonando en el desfile de Carnaval, en la prensa, en la radio… son algunas de las formas en las que hemos tratado de explicar en qué consisten estos laboratorios de barrio, e invitado a colaborar en los talleres de producción.
En varias de las actividades experimentales que hemos organizado nos hemos apoyado en materiales gráficos que, en su diseño y montaje, cada vez diferentes, son ejemplos de nuestros modos de hacer y del espíritu experimental de nuestro laboratorio. A partir de la exposición que diseñó Camila Maggi para Villaverde Experimenta, allá por el 2017, recogiendo todo el proceso con círculos entrelazados, hemos recombinado y actualizado la información, y hemos estirado las posibilidades de la madera y del papel.
La puesta en marcha del punto de información dentro del CMSc, que actualmente acoge mucho de este material, ha sido en sí un experimento. La idea inicial era hacer acogedor, para nosotras y para los futuros usos del centro, un espacio poco usado por su aspecto frío y un poco siniestro, en consonancia con el uso original de quirófano y con lo que queda de sus instalaciones obsoletas: paredes y suelo de un bonito mármol verde oscuro, una preciosa lámpara articulada colgante del centro de una cúpula blanca que produce curiosos efectos de resonancia, mobiliario años sesenta trasnochado e incómodo, frías luminarias fluorescentes… el sitio necesitaba algo que lo hiciera amable, acogedor, un poco de swing…
Fotos: Marianna Papapietro
Pensamos inicialmente en cubrir las paredes con un gran paño continuo de corcho, para que sirviera como plano de trabajo y exposición, pero la inexorable gravedad y la delicadeza del soporte nos ganaron, así que pasamos al plan B, miramos a nuestro alrededor y reutilizamos el material que teníamos a mano: una estructura de madera del proyecto GriGriPixel, adosada a la pared libre se convirtió en el nuevo soporte del corcho, listo para aguantar muchos talleres y actividades, aunque su montaje se haya parecido a la construcción del Escorial, con decenas de clavitos y litros de cola…
Lo que se expone en el corcho sirve para cumplir dos funciones: por un lado para explicar el proceso a las personas que se acercan a conocernos y resolver dudas; por otro lado, de material de trabajo, para diseñar lo que queda del proceso y para visualizar proyectos, roles, agentes…
Foto: Marianna Papapietro
En momentos puntuales, entre un miércoles y otro (cuando nos ponemos a disposición de las vecinas en el punto de información), el mismo material ha viajado por Puente de Vallecas y ha tomado muchas formas.
En la Chokolatada Vallecana contamos la experiencia pionera de Villaverde Experimenta, para sugerir ideas de proyectos a las vecinas que se acercaron. Diseñamos un recorrido a lo largo de los pasillos del centro médico con círculos de imágenes, frases y proyectos, y usamos bancos de madera como expositores improvisados, dándoles la vuelta, como vamos a dar la vuelta en los talleres de producción a las diez ideas seleccionadas.
Foto: Marianna Papapietro
En la presentación del proyecto en el Centro Cultural el Pozo, vestimos una carpa anodina con los mismos círculos colgando de hilos y revoloteando en el frío aire de enero.
Foto: Lukasz Michalak
La última aparición pública de los círculos ha sido en el Carnaval de Puente de Vallecas, cuando han desfilado en un carro de la compra, mientras las pregoneras del Experimenta hacían saber a las vecinas lo bonito que es trabajar colaborativamente para mejorar el barrio.
Foto: Marianna Papapietro
Lo que están dando de sí estos circulitos…
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